Asdrúbal Marot

Las artes plásticas y la filosofía

Desde los inicios de la aventura filosófica de la humanidad.

Los pensadores se dieron a la tarea de buscar el elemento primigenio a partir del cuál está constituido el universo.

Detalles de Mileto y los atomistas Leucipo y Demócrito; de Epicuro a Leibniz y su Monadología.

La cual postulaba la existencia de un elemento invisible en la constitución de todo lo que vemos, así diversas corrientes siguieron el impulso y esta búsqueda.

Ello se reflejó de una manera muy evidente en el arte. Alfred North Whitehead estaba en lo cierto cuando decía que la filosofía era un proceso afín a la poesía (yo agregaría también a la pintura).

Los grandes artistas son también grandes filósofos.

A veces siguen los mismos caminos, descubren el elemento con el que se sienten más identificados, y erigen a través de él todo su mundo pictórico.

Este misterioso procedimiento es tal vez la clave para explicar ese fenómeno que hemos dado llamar «estilo»

Asdrúbal Marot (1962), quien ha encontrado en la hoja, la célula, la unidad que sumada a otras unidades, funda su incesante actividad creadora.

Siempre he admirado su gran capacidad para el trabajo y producción tan prolífica.

No podría ser de otro modo, la hoja simboliza los poderes generativos de la naturaleza, la abundancia, la generosidad de la creación.

Por eso la obra de este artista es tan abundante y tan diversa: peces, flores, selva, cuerpos, entre el follaje que avanza hacia otros ámbitos, más allá del reino vegetal.

Efectivamente la hoja invade otras dimensiones y constituye ahora objetos, almas, rostros.

Como venezolano, Marot representa un punto de encuentro entre diversas culturas. Su paso por esa otra gran nación en el siglo XX Rusia, le permitió abreviar en una poderosa tradición cultural que lo ha influenciado positivamente.

Marot llegó a lograr después de tantos años de búsqueda en la plástica un estilo propio que él denomina Folium Art, o arte con las hojas.

Éste elemento está presente en su obra, la cual configura un panorama pictórico de gran riqueza conceptual y humano.

Un artista cómo Asdrúbal Marot nos enseña que la humanidad en un solo elemento, en este caso, la hoja, tiene infinitas posibilidades, al grado de configurar una obra de largo aliento y que es ya una propuesta original e inagotable.

Víctor Calderón

En su taller en Buenos Aires